Como sociedad, durante los últimos meses nos hemos visto obligados a tener que redefinir una gran cantidad de rutinas adquiridas. Diferentes comportamientos que hasta este momento teníamos interiorizados y que se han tenido que adaptar al contexto actual a marchas forzadas. La irrupción de una pandemia sanitaria de dimensiones incuestionables ha acelerado multitud de procesos que permanecían en letargo en nuestro día a día. Entre los diferentes sectores que han resultado especialmente afectados, ha sido el ámbito corporativo uno de los principales. Especialmente todo lo relacionado con la transformación digital. Uno de los principales ejes vertebradores clave para el desarrollo de una gran cantidad de compañías.
Las empresas han tenido que desarrollar y explorar nuevas estrategias que les permitiesen adaptarse a las necesidades y características del contexto actual. Un escenario único en el que el concepto de digitalización ha cobrado una importancia mayúscula.
La sostenibilidad como eje vertebrador en la era digital
El proceso de digitalización no puede avanzar de manera inherente al desarrollo de la sociedad. Así como a las tendencias existentes en torno a la misma. Ante un escenario en el que la sostenibilidad se ha consolidado como una de las grandes preocupaciones en cualquier comunidad, el respeto por el medio ambiente y nuestro entorno ha sido capaz de traspasar cualquier límite.
La digitalización de los procesos y de las actividades ha terminado por extenderse de manera tranversal. Con independencia de su naturaleza. Su desarrollo debe avanzar de manera paralela al movimiento en torno a sostenibilidad. Una gestión basada en modelos éticos y reflexivos. Éstos deben actuar de manera respetuosa con el medio ambiente. Además, se debe apostar por una optimización del uso de todos los recursos sostenibles. Siendo una pieza fundamental para poder ofrecer una respuesta a la altura de las demandas del mercado actual.
Ante una concienciación social cada vez más comprometida por la consecución de determinados objetivos en su relación con el medio ambiente. La sostenibilidad digital actúa como el nexo de unión clave entre el consumidor y el entorno corporativo.
Hacia una optimización en nuestra gestión
Si atendemos a la definición de la sostenibilidad como un ingrediente clave para satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, es importante entender su relación con el concepto de innovación. Entendiendo éste como, más allá del desarrollo de los medios productivos y de la tecnología, un elemento fundamental para lograr un crecimiento sostenible e integral. Convirtiendo a la sostenibilidad digital como uno de los movimientos clave sobre los que abordar todas las oportunidades futuras.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados por la ONU, tienen mucho que decir al respecto. A partir de 17 metas que incluyen campos tan diversos como el del cambio climático, la justicia o el consumo sostenible. A través de ellas se permiten abordar temáticas de muy diversa naturaleza. La adopción de los mismos representa una oportunidad que permite integrar el desarrollo sostenible en la planificación estratégica de cualquier empresa.
Adecuar nuestra actividad a los diferentes puntos que se integran en este manifiesto es fundamental. Permitiendo recorrer diferentes pautas que nos permiten apostar por una sostenibilidad digital mucho más integrada en nuestra cultura organizativa.
El futuro de las empresas pasa por vertebrar una estrategia que permita actuar teniendo en cuenta una doble perspectiva: sostenibilidad, digitalización y personas. El respeto por el medio ambiente y la interiorización de unos valores capaces de arraigar los diferentes escenarios que interactúan con nuestra organización se vuelve un elemento fundamental. Siendo capaz de redefinir los valores e impulsar la actividad de nuestra compañía.