The Office es, con total seguridad, una de las comedias más exitosas de la historia de la pequeña pantalla. Protagonizada por el actor Steve Carell, que encarna el personaje de Michael Scott, sobre él recae gran parte de la responsabilidad de liderar una de las pocas series televisivas que ha sido capaz de mantenerse en parrilla durante un total de nueve temporadas. Con una media de ocho millones de espectadores por capítulo.
El año en el que se ha cumplido el 15 aniversario de su estreno es el momento perfecto para analizar cuál ha sido el impacto de The Office en la cultura empresarial. A través de una serie de lecciones que nos permitirán conocer por qué elementos tales como la pasión, el humor y la seguridad en uno mismo son fundamentales.
El humor como pieza clave en el desarrollo del trabajo
Como norma general, pasamos un tercio de nuestro día a día trabajando. Ante una inversión de tiempo de tales dimensiones, ¿qué sentido tiene crear un clima aburrido y repleto de tensión? Tal y como nos demostró Michael Scott, la productividad no está reñida con el buen humor y con la capacidad con la que cuentan los grandes líderes de las empresas para crear atmósferas friendly para todos los integrantes de una misma compañía.
Apostar por una cultura que permita a nuestros empleados sentirse relajados es fundamental para el desarrollo de nuestro ethos como empresa. Convirtiéndose en un valor añadido de retorno incalculable.
Olvida para siempre las reuniones aburridas
Si bien es cierto que la productividad no era una de las señas de identidad que se celebraban en The Office, no cabe duda que Michael Scott era un maestro para eliminar cualquier sesgo que denotara aburrimiento en las mismas.
El protagonista de la serie nos enseñó no solo a cómo captar la atención de nuestra audiencia. Sino también como inocular la pasión por el trabajo bien hecho en cada una de las reuniones que celebrara con asiduidad. Siendo una de las enseñanzas más notables que se desprenden de su trama.
La importancia de la seguridad en uno mismo
Fueron muchas las situaciones en las que Michael Scott tuvo que tomar decisiones comprometidas. Que determinaban de forma directa el futuro tanto de la compañía que dirigía como de sus empleados. No obstante, en ninguna de ellas denotó un ápice de nerviosismo o inquietud que afectara al rendimiento de sus trabajadores.
Con independencia de cuál sea el puesto que desarrollamos en una empresa, la seguridad en uno mismo actúa como vehículo conductor sobre todas las decisiones que se deben tomar. El trabajo sobre los intangibles de nuestros trabajos ocupa un papel clave en cualquier organización.
La pasión como hilo conductor
Sentir pasión por lo que hacemos no es únicamente una enseñanza de Michael Scott. Sino también de la mayoría de líderes que se encuentran, o se han encontrado, a cargo de grandes empresas. Steve Jobs en su momento o Elon Musk en la actualidad son solamente dos de los ejemplos más destacados. No obstante, existe una lista interminable de nombres en la que podríamos recaer.
La pasión no se debe proyectar únicamente hacia una actividad en concreto. Sino también hacia la naturaleza de la compañía o hacia los empleados que la conforman. The Office nos enseñó que la pasión es uno de los ingredientes que mueven el mundo.