Makers

Actualmente existen medios de producción al alcance de amplios sectores sociales. Sólo necesitamos tener acceso a un ordenador para crear un producto capaz de generar enormes beneficios. Las herramientas digitales de bajo coste han facilitado la creación de startups. Una buena idea y una infraestructura mínima son suficientes para iniciar una empresa. Gracias a soluciones de comercio electrónico, las personas pueden vender sus productos y servicios por internet sin intermediarios. Las tecnologías de la información han reducido los costes de muchas industrias y permiten a muchas personas convertirse en empresarias sin necesitar grandes inversiones iniciales.

Todos somos makers. Somos fabricantes natos (basta pensar en la fascinación de un niño por el dibujo, las piezas de construcción, los Lego o las manualidades)

La revolución digital ha hecho posible además el intercambio masivo y libre de la información; un mayor número de personas tienen acceso a amplios conocimientos. La gente aprende a cocinar, programar, reparar y producir artesanalmente sin salir de casa. Comunidades enteras comparten sus conocimientos e incluso crean de forma colectiva. El software libre es el mejor ejemplo de este movimiento económico y social. Esto ha generado un resurgimiento de la filosofía házlo tu mismo (do it yourself, DIY) potenciada por la creación colaborativa.

Actualmente el movimiento Maker se encuentra donde se encontraba la revolución del ordenador personal en 1985

Impresoras 3D

En este contexto, una nueva tecnología está por transformar la forma en que se fabrican en el mundo: la creación rápida de prototipos, o impresoras 3D, permitirá que el intercambio digital, libre y creativo de conocimientos impacte el mundo físico. Las impresoras 3D pueden permitir a los emprendedores acceder a la producción de calidad industrial sin la necesidad de contar con grandes capitales.
Esto facilita aún más el emprendimiento, sobre todo en los sectores hasta ahora explotados solo por las grandes industrias. Pequeños empresarios y diseñadores pueden fabricar desde ropa hasta coches y venderlos en todo el mundo. Los productos pueden además diseñarse y mejorarse colectivamente. Las compañías y los particulares están compartiendo sus diseños sin derechos registrados, es decir, libres, para que cualquiera los imprima; este hardware libre marcará una revolución del diseño.

Los países reales construyen cosas. Cualquier país que desee seguir siendo fuerte necesita poseer una base productiva

Movimiento Maker

El “movimiento Maker” de emprendedores que fabrican y manufacturan sus productos puede significar una alternativa al empleo tradicional cada vez más escaso, así como al modelo tradicional de fábrica, desaparecido ya casi por completo en los países desarrollados. Si tenemos en cuenta también que la automatización de la producción industrial a gran escala va en aumento, es posible predecir que los empleos del sector se reducirán cada vez más. Así, el movimiento Maker representa una enorme oportunidad para fortalecer la economía de los países que dejaron de fabricar y tienen problemas de desempleo por este motivo. De hecho, aunque el fenómeno es aún incipiente, en todo el mundo ya han empezado a aparecer proyectos colaborativos de Makers que trabajan en talleres donde cuentan con impresoras 3D y cortadoras laser para producir sus ideas.

La fabricación por ordenador se encamina hacia la plena fabricación mediante dispositivos personales

Por otra parte, la misma industria tradicional ha empezado la digitalización de su producción con el fin de volverla más abierta, personalizada e interconectada. Las impresoras 3D permiten realizar lotes pequeños de un producto y amplían la oferta de los artículos personalizados, cuya demanda crece cada año. Los productos se pueden imprimir en cualquier parte del mundo para que el cliente los reciba de forma inmediata. También es posible que los usuarios modifiquen o añadan elementos.
La conjunción de la tecnología de la información y las impresoras 3D traerán un nuevo tipo de industria artesanal tecnificada. Bordados, acolchados, tejidos, herrajes y muchos procesos serán controlados por ordenador y podrán ser realizados por cualquier persona que cuente con las herramientas. Tal y como hoy es posible programar y producir todo tipo de contenidos en una computadora personal. La producción a gran escala encontrará competidores por primera vez en los pequeños empresarios.

Las 4 herramientas del cambio

Existen 4 herramientas básicas para la creación rápida de prototipos:

• Impresoras 3D

  Algunas impresoras producen objetos capa por capa. Otras se basan en el endurecimiento por láser de las capas de una bandeja de resina líquida, de la que emergen los productos. Aunque las impresoras 3D ahora solo pueden trabajar con un material a la vez, en el futuro se pueden esperar enormes avances.

• Máquina CNC

  Funciona con una fresadora que talla piezas en madera o metal. Otros modelos pueden trabajar con cristal, oro, aluminio e incluso con alimentos.

• Cortadora Láser 

  Se puede utilizar para cortar plástico, madera o metal fino. De las cuatro herramientas es la más redituable, y ya se utiliza en numerosas industrias.

• Escáner 3D 

  Aunque son caros, son útiles para digitalizar rápidamente cualquier objeto e imprimirlo. También es posible convertir un smartphone en escáner 3D mediante algunas aplicaciones que aprovechan la cámara del dispositivo móvil. Sin embargo, los resultados pueden no ser tan satisfactorios.

Los cambios transformadores tienen lugar cuando las industrias se democratizan, cuando son arrancadas del dominio de las empresas, los gobiernos y otras instituciones

Estas herramientas ya están siendo usadas para producir protectores bucales, repuestos de coche y juguetes personalizados. La gran industria puede seguir teniendo ventajas en la producción de piezas de manera masiva, mientras que una fábrica para nichos específicos crecerá gracias a los nuevos procedimientos. La tecnología de creación rápida de prototipos tiene la ventaja de la flexibilidad y variedad en su producción sin aumentar los costes. Lo que ahora se hace únicamente con tazas, plumas, o vinilos sobre pedido será común con muchos otros productos. A estas herramientas habría que sumar los programas de CAD, que se usan de manera casi universal para el diseño digital. La revolución de la fabricación es posible en buena medida gracias a este tipo de soluciones de software.

Hardware abierto

Hoy día es común el uso de productos de software abierto. Tienen la enorme ventaja de que han sido mejorados por comunidades de personas comprometidas que han dado su trabajo de manera prácticamente gratuita. Por ello, no es de sorprender la calidad y la sofisticación que logran. Incluso los equipos de innovación de las empresas digitales más grandes pueden verse superados por la creatividad y las sinergias generadas por estos colectivos. Actualmente también es posible encontrar en la web diseños de coches, cafeteras, lavadoras y todo tipo de aparatos de código abierto. Cualquiera puede copiarlos, reproducirlos e incluso mejorarlos sin pagar derechos de ningún tipo. La normativa establece que dichas mejoras tampoco pueden ser objeto de ninguna patente o restricción.

Uno de los primeros errores que cometen los Makers cuando empiezan a vender sus productos es no poner un precio suficiente

Aunque el productor pierde los derechos del diseño, que se vuelve de libre acceso, puede beneficiarse por otros mecanismos. Los productos de código abierto son frecuentemente mejorados por los clientes, que con frecuencia tienen alguna participación en la fabricación o ensamble final del producto. Los productores obtienen una investigación de mercado gratuita al conocer qué interesa a los clientes y pueden mejorar sus productos de forma continua. Algunas compañías de este tipo acceden al trabajo de los profesionales más brillantes del sector sin pagar; otras ofrecen incluso una compensación económica a los clientes y asociados que hagan mejoras. Aunque siempre se corre el riesgo de que alguien en China copie el producto y lo ofrezca a un precio más bajo, las compañías aún conservan los derechos por la marca y el nombre, que nadie más puede usar. Por otra parte, estos nichos suelen desarrollar altos niveles de fidelidad de los clientes hacia los productos y proveedores originales.

Rediseñar las mayores fábricas

La industria del automóvil ya ha dado pasos en esta nueva dirección. La fábrica de Tesla en Silicon Valley, la fábrica más avanzada del mundo, funciona prácticamente como una gran máquina CNC. Una serie de brazos robot hacen todo el trabajo, desde pintar hasta soldar. Los coches son personalizados. De hecho, la misma fábrica podría ser utilizada para producir cualquier cosa. También han aparecido pequeñas compañías que producen coches de código libre a menor escala. Sus clientes hacen el ensamblado final y también participan en foros donde reciben ayuda y comparten innovaciones con usuarios de todo el mundo.

A pesar de que el rendimiento se ha doblado en las pasadas cuatro décadas, el empleo en la fabricación cayó un 30% durante ese periodo

Por otro lado, los productos que el cliente mismo ensambla o fabrica se venden con muy pocas limitaciones o restricciones de seguridad asociadas a la responsabilidad de la empresa, puesto que se entiende que los clientes tienen un alto grado de conocimiento al respecto, lo que los hace consientes de las implicaciones y riesgos del producto que usan.

Obsolencia programada

Esta tendencia puede llevar una revolución del diseño similar a la de los inicios de la aviación, cuando individuos comunes impulsaron con sus propios medios uno de los mayores logros de la humanidad. Además, uno de los efectos podría ser el abandono del paradigma de la “obsolencia programada” de las mercancías tradicionales, que ha supuesto un impacto negativo incalculable al medio ambiente. Si las personas pueden modificar, reparar y participar en el desarrollo de sus aparatos, estos pueden tener una duración virtualmente ilimitada si se realizan los procedimientos adecuados. En este contexto, el factor del coste de la mano de obra perderá la preponderancia actual. Será posible hacer productos dentro del país a un precio más bajo, lo que permitirá competir con los fabricantes asiáticos.

El modelo de negocio Maker

Es frecuente que después de un prometedor inicio, las medianas y pequeñas empresas necesiten financiación. Los créditos tradicionales implican riesgos y costes muy altos en concepto de intereses. Los emprendedores deben saber que cuentan con alternativas de financiación colectiva que resultan más ventajosas que los créditos tradicionales. Kickstarter, por ejemplo, es un sitio cuyo diseño web se ha orientado a la recaudación de capital para emprendedores. Las personas presentan sus proyectos y reciben patrocinio de clientes potenciales y gente común que desee invertir; incluso es posible recibir donaciones.
Así puede accederse a financiación sin endeudarse ni entregar parte de la propiedad de la empresa. Además, estos medios presentan la ventaja de que el proceso de captación de capital resulta en sí mismo un estudio de mercado. Si el producto puede entusiasmar lo suficiente como para que la gente invierta y se interese, es probable que tenga un buen futuro cuando comience la fase de comercialización. Ya ha habido casos ideas de productos que han llamado notablemente la atención de los medios de comunicación internacionales, lo que además implica publicidad gratuita.

Ahora las empresas del tamaño que sea sólo tienen que colgar un archivo CAD y esperar a que les lleguen ofertas

Financiación colectiva

Otros medios de financiación colectiva por internet incluso brindan apoyo técnico y asesoría de todo tipo. Los emprendedores interesados en el movimiento Maker tienen también la alternativa de subcontratar fabricantes digitales. MFG.com, por ejemplo, es un sitio dedicado a poner en contacto a compradores de piezas a medida con talleres que ofrecen servicios de fabricación bajo pedido. Un ejemplo más es el sitio de internet Alibaba que también permite acceder a la fabricación a bajo coste. Otros sitios de internet como Pokono y Shapeways permiten gestionar todo lo relativo al producto desde un ordenador y recibir los productos o enviarlos directamente a los clientes como una solución de tienda online integral.

El futuro del sector industrial

A largo plazo, la tecnología de impresión 3D promete enormes avances. Hasta hoy, los dispositivos solo manipulan los materiales para moldear productos. En el futuro, los materiales mismos serán programables para que adquieran la forma deseada. Una nueva generación de materiales inteligentes guardará información, como si fuera ADN, para determinar su comportamiento posterior. El ADN mismo es un material que ya está siendo programado. Laboratorios en todo el mundo empiezan a “imprimir” tejido orgánico.
Los emprendedores tendrán acceso a herramientas de manipulación genética de bajo costo. El conocimiento para realizar experimentos y avances médicos también estará al alcance del gran público. La industria farmacéutica y de la salud se verá afectada por estas posibilidades. La gente podrá “piratear la vida”, de manera literal, lo que implicará desafíos inmensos en materia de seguridad y ética.

Gran parte del movimiento Maker está haciendo objetos físicos más inteligentes (dotándolos de sensores, haciéndolos programables y conectándolos a internet) en lo que se denominada la revolución IoT

Finalmente

Finalmente, la tendencia Maker, en todas sus dimensiones, incrementará la autosuficiencia de las personas con respecto a la industria tradicional. Un gran número de personas tendrá la posibilidad de producir sus propios accesorios y máquinas por lo que será posible reducir la influencia del aparato industrial en la vida común. Si se considera además la creciente preocupación mundial por la ecología y las nuevas regulaciones al respecto, es fácil suponer que el movimiento Maker ofrecerá una alternativa al modelo tradicional de producción y consumo.
Ya hay indicios de este proceso. Open Source Ecology, por ejemplo, es una comunidad virtual que ofrece diseños de código abierto de cincuenta máquinas necesarias para construir un pequeño poblado ecológico. El desarrollo tecnológico de la nueva era podrá estar orientado hacia las necesidades y condiciones reales de la sociedad, en lugar de definirse en función de intereses comerciales.