Dentro de la lingüística, la semántica es el área que se encarga de estudiar el significado de las expresiones que utiliza el ser humano por medio de la palabra. Ya sea escrita, hablada o representada. A medida que las nuevas tecnologías han ido formando parte de nuestro día a día, la disciplina del lenguaje se ha tenido que adaptar a los nuevos usos que se han realizado del mismo. Siempre tratando de mantener el rigor en su uso y, por ende, explotación. Este es el caso del universo online, introduciéndose de manera transversal en una gran cantidad de escenarios que forman parte de nuestra cotidianidad.
La lingüística aplicada a la web ha existido desde el mismo momento en el que los entornos digitales han ido desarrollándose, creciendo y, sobre todo, consolidándose. Pero, ¿qué entendemos exactamente por el concepto de web semántica?
Calidad, cantidad… ¡Posicionamiento!
Las personas entienden el significado de las palabras siempre y cuando el tono y la formalidad de las mismas se adecúen al contexto y, lo que es más importante, al público. Pero, ¿y Google? Los programas y algoritmos que se encargan de rastrear los sitios web no tienen en cuenta el valor de las palabras desde un punto de vista lingüístico. Sino desde un valor puro de posicionamiento. El posicionamiento la cantidad por encima de la calidad.
El concepto de web semántica hace referencia al tipo de web en la que la información no solamente se enlaza. Los contenidos que aparecen en esta web se enriquecen con metadatos semánticos que son legibles por máquinas y que se entrelazan entre sí. Se trata de conseguir que las máquinas distingan y procesen aquellos significados que deben ser legibles por máquinas.
Entidades, ontologías y el ADN de una web semántica
Dentro del universo de la semántica, son muchos los componentes que se integran dentro de la vertiente puramente online. El concepto de entidad y de ontología ocupan un papel clave.
- Mediante el concepto de entidad se hace referencia a unidades del lenguaje que tienen un identificador y, además, atributos asociados. Este es el caso, por ejemplo, de «Michael Jordan», el identificador de la entidad. «Jugador de baloncesto», «Estrella de la NBA» o «Anillos de campeón» son solamente algunos de los atributos que podemos encontrar.
- En el caso de que exista relación entre diferentes entidades, hablamos de ontologías. Conjuntos ordenados de información que tienen enunciados lógicos y que son legibles no solo para los humanos, también para las máquinas.
Las entidades y las ontologías forman parte de las web semántica y son la clave de su funcionamiento. Puesto que permiten establecer relaciones, interpretar contenido web y distinguir el contenido en función de sus áreas temáticas.
Para que una web semántica pueda funcionar como tal es imprescindible que los programas informáticos, así como los algoritmos, aprendan a extraer significados. Y, para ello, debemos acudir a los datos estructurados. Es decir, aquella información que se formula de acuerdo a las normas y las clasificaciones que se codifican dentro de un sitio web para asegurar su correcta legibilidad.
Pero, ¿qué ocurre entonces con el SEO?
Google lleva años tratando de adaptar su algoritmo a la importancia de la semántica. Para ello, actualmente ya no tiene en cuenta únicamente las keywords. Sino todo lo que rodea a las mismas. Ahora, cada vez más, Google lee y comprende la forma en la que un sitio web está escrito. Y eso únicamente es posible a través de la implantación, y desarrollo, de la web semántica.
El SEO semántico es la división del SEO que tiene la función de no trabajar únicamente con las palabras clave. Sino que se orienta hacia la perspectiva lingüística que interpreta todas las expresiones y entiende las palabras. Por tanto, se trata de desarrollar estrategias que permitan a los buscadores entender mejor el contenido y ayudar a su encontrabilidad.
Mediante la comprensión del texto, no solo de las palabras clave, Google trabaja para que las búsquedas que resulten demasiado generales o poco precisas terminen por desaparecer de manera progresiva. Y, para ello, debe haber un buen trabajo por parte del equipo que se encuentra optimizando nuestro sitio web. El SEO semántico tiene, por tanto, una estrecha relación con la intención de búsqueda de los usuarios. Tratando de conquistar al mismo a través de una correcta experiencia de usuario.
Cuatro conceptos para entender el SEO semántico
- Indexación Semántica Latente (ISL): La Indexación Semántica Latente permite a los buscadores establecer relaciones semánticas dentro de nuestro contenido. Además de tener en cuenta a las propias palabras clave, también se debe considerar aquellos conceptos que semánticamente son cercanos a la palabra clave en cuestión.
Un ejemplo: Cuando un artículo trata de barcos, es probable que utilicemos sinónimos como buques o embarcaciones. Estos términos ayudan a Google a entender el significado real. - Jerarquía léxica: La jerarquía léxica es el concepto que establece relaciones entre palabras. Se trata de un hiperónimo que engloba diferentes conceptos por debajo del mismo.
Un ejemplo: Vehículo –> coche - Polisemia: La polisemia hace referencia a la naturaleza con la que cuentan determinadas palabras para tener diferentes significados. Cuando se utilizan palabras sueltas, se debe proporcionar un contexto a las mismas si éstas son susceptibles de tener diferentes significados.
Un ejemplo: Banco. - Sinónimos: Las palabras pueden tener diferentes significados equivalentes. El contexto, como ocurría en el caso anterior, es el escenario que debe ayudar al buscador a ofrecer resultados mucho más precisos.
Un ejemplo: Abundante y mucho.
¿Cómo adaptar el contenido web al SEO semántico?
El contexto
La contextualización del contenido es una de las primeras acciones que debemos alcanzar. El uso de palabras que pertenecen a un mismo campo semántico nos permitirá ofrecer a Google más información para entender el contenido. Ofreciendo una respuesta mucho más precisa, sin dispersión.
Conceptualizar nuestro contenido no tiene relación con una mayor densidad de palabras clave. Sino de rodear a éstas de sinónimos que pueden ser relevantes en función de nuestras propias necesidades.
Datos estructurados
Como ya hemos mencionado previamente, los datos estructurados nos permiten ofrecer resultados mucho más precisos, evitando la dispersión. Para ello, debemos servirnos del conjunto de etiquetas HTML que nos ayudan a especificar el contenido.
En el año 2011, un acuerdo conjunto entre Google, Yahoo, Microsoft y Yandex permitió crear schema.org. Un espacio digital en el que podemos encontrar una gran cantidad de información en torno a las etiquetas HTML que podemos utilizar para categorizar nuestro contenido.
Intenciones de búsqueda
El contenido semántico ha demostrado su capacidad para causar una sensación positiva tanto en los usuarios como, en general, en cualquier otro usuario que accede a un sitio web. No solo es la manera en la que se construye el contenido, sino también cómo el usuario desea llevar a cabo la introspección para ejecutar tal acción. Debemos comprender la intención de búsqueda de los usuarios.
Los retos del SEO semántico
Los medios de comunicación, los sitios web, las tiendas o, en resumen, cualquier negocio que desee tener presencia digital, debe adoptar el SEO semántico y aplicarlo para continuar apareciendo, o al menos intentándolo, en los primeros puestos de Google.
Sin embargo, se identifican dos retos que se deben afrontar para poder establecer una estrategia de SEO semántico con garantías:
- Los creadores de contenido y especialistas de SEO semántico deben adaptar sus estrategias de SEO a las nuevas demandas que existen por parte de Google.
- Los medios de comunicación deben tener las herramientas para poder enriquecer su contenido sin dejar de lado la inmediatez. Haciendo de la competencia una batalla todavía más dura frente al escenario que existe en el momento actual.
El SEO semántico es, por tanto, una nueva fórmula que nos permite mejorar el posicionamiento web de nuestro sitio web utilizando el lenguaje como herramienta. A medida que Google es capaz de detectar la calidad, es el momento de continuar