Utilizado en el ámbito de la economía y de las finanzas, el término Yield (rentabilidad en castellano) hace referencia al rendimiento proporcional de los beneficios de una actividad económica. Mediante este concepto, una compañía puede analizar tanto el estado actual de un negocio como la trayectoria recorrida hasta alcanzar el punto actual.
Para poder calcularlo, se debe obtener el ratio entre el dividendo y la cotización de la acción. Como concepto, el término Yield se podría considerar como una renta fija que obtiene el inversor. Puesto que, en la mayoría de los casos, las compañías que tienen presencia en el mercado bursátil suelen mantener una política de dividendos más o menos estable de un ejercicio a otro. En este caso, el inversor puede obtener un beneficio adicional por la revalorización de cada acción.
¿Qué ventajas puede aportar la Yield a tu empresa?
Una de las principales ventajas que se obtienen al incorporar este ratio a nuestras métricas hace referencia a la capacidad analítica que ofrece. El uso y la interpretación de la Yield permite ofrecer a una empresa si está capacitada para repartir sus beneficios entre los accionistas o si, por el contrario, resulta más recomendable dejar ese remanente económico en las reservas de la compañía.
En el caso de que la Yield aumente cada año, la empresa se convertirá en una excelente oportunidad de inversión. Puesto que habrá beneficios constantes para distribuir entre el accionariado y, por tanto, las acciones resultarán mucho más baratas de adquirir.
Por el contrario, si la Yield disminuye cada año, los dividendos de los accionistas serán menores. Por lo que el precio de las acciones serán cada vez mayores. Cuando esta situación ocurre, es probable que la empresa se encuentre en periodo de expansión. Y, por ende, necesite una mayor cantidad de recursos para ello.
El Yield y el perfil del inversor
La Yield es uno de los determinantes clave para analizar el perfil del inversor ante el que nos encontremos. Dependiendo del retorno que nos ofrezca, podremos obtener títulos que nos ofrezcan un mayor o un menor rendimiento.
- Un inversor conservador elegirá una Yield elevada. De este modo, el inversor podrá obtener una ganancia sólida a través del reparto de beneficios. Obteniendo unos ingresos estables a lo largo del tiempo.
- Un inversor no conservador elegirá Yield más bajos. La explicación la encontramos en que prefiere invertir en las expectativas de revalorización en un futuro, no tanto en el reparto de dividendos.
Un análisis a sus inconvenientes principales
Uno de los principales hándicaps que presenta la Yield hace referencia a su dependencia con el resto de los indicadores. La Yield actúa como una señal que complementa otras informaciones de otros ratios bursátiles. Por ello, en el momento de obtenerlo, se debe matizar la interpretación que ofrece el indicador.
Una Yield baja no asegura el éxito de una inversión en un medio o largo plazo. Sino que el inversor tendrá que apoyarse en otros elementos para poder determinar su estrategia.