UX es el acrónimo de User Experience y se refiere a la Experiencia de Usuario. Es un término general que engloba varias áreas, como lo son el diseño gráfico y diseño visual, la arquitectura de la información, diseño de interacción, usabilidad, accesibilidad, la estrategia de contenido y branding.
Definiciones de UX
Según Don Norman y Jacob Nielsen, La «experiencia del usuario» abarca todos los aspectos de la interacción del usuario final con la empresa, sus servicios y sus productos.
Esto implica el diseño de todo el proceso de adquisición e integración del producto, incluidos los aspectos de marca, diseño, usabilidad y función.
También se ha definido como “el estudio de los problemas que surgen en la encrucijada del diseño, las personas y la tecnología.”
El término no es sinónimo ni de la “Interfaz de Usuario” (UI), ni de “Usabilidad” o “Accesibilidad”. Tanto la Interfaz como la Usabilidad forman parte de la experiencia de usuario.
Una buena UX
No existe una definición única de una buena experiencia de usuario, aunque podemos decir que se caracteriza por satisfacer las necesidades de un usuario concreto en el contexto específico en el que utiliza el producto. La metodología UX está centrada en el cliente.
A la hora de diseñar, hay que considerar el Por qué (Motivación & Valores), Qué (Funcionalidades & Características) y Cómo (Accesibilidad, Estética) se usará el producto.
Elementos de la Experiencia de Usuario
Jesse James Garrett desarrolló el modelo de los elementos que componen UX en el año 2000. Aunque hayan pasado 20 años, sigue siendo el referente. El modelo viene acompañado de un libro detallado con el mismo nombre, “The Elements of User Experience”, un recurso muy valioso y lectura imprescindible si se quiere profundizar en la creación de experiencias de valor en la web.
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Las puertas de Norman
En cualquier definición de UX no pueden faltar las puertas Norman, en honor a Don Norman. Explican de la manera mas sencilla la diferencia entre una buena y mala UX.
Una puerta Norman es básicamente cualquier puerta que confunde o es difícil de usar.
Si al acercarte a una puerta, te tienes que preguntar cómo se abre (¿manilla, sensor, barra,…?) o en qué dirección (¿se desliza, hay que empujar, tirar?), es una mala UX.