La Tasa de Crecimiento Anual Compuesto (En adelante, CAGR, por sus siglas en inglés Compound Annual Growth Rate) es un indicador que nos permite conocer cuál es la tasa de retorno que alcanza una determinada inversión durante un periodo concreto.
No importa si esta inversión es de renta fija o variable. Se trata una herramienta muy útil de inversión durante varios periodos de tiempo. Especialmente en aquellos casos en los que fluctuó relevantemente durante el tiempo en el que se revisa.
¿Para qué sirve CAGR?
El CAGR nos permite conocer el promedio de crecimiento con el que cuentan nuestras inversiones. A través de su análisis, podemos conocer si el rendimiento de la inversión ha sido positivo o negativo. De este modo, es posible obtener información en torno al sentido que tiene mantener o no una determinada inversión.
Es importante tener en cuenta que el resultado de la operación únicamente actúa como si de una sugerencia se tratase. Puesto que estamos obteniendo información en torno a una estimación. Esta consecuencia se debe a la inestabilidad de ciertas temporadas en materia económica. La estimación que se lleva a cabo se basa en una situación lineal, sin grandes cambios.
Como usuarios, debemos tener en cuenta que existen indicadores que pueden devolvernos una mayor cantidad de información en torno al estado y al sentido de nuestras inversiones. No obstante, el CAGR nos permite tener un buen complemento y un buen punto de partida para todos los indicadores para establecer las bases en torno a la viabilidad y el rendimiento que estamos teniendo en inversiones.
Las características de CAGR que debemos conocer
En primer lugar, es necesario conocer que la principal ventaja que encontramos en este indicador es que nos permite medir el retorno de cada inversión ROI llevada a cabo. No obstante, lo hace desde un prisma que atenúa o dirime la volatilidad característica existente en los mercados.
A la hora de poder calcular el CAGR y encontrar un indicador concreto, se utiliza el valor de un determinado activo financiero en un año y, al mismo tiempo, también se utiliza este mismo activo pasando cierto tiempo que queremos determinar. El resultado hay que elevarlo a la primera potencia dividida entre el número de años que han pasado y, en último lugar, restar un uno al resultado final.
Por ejemplo: Si un valor inicial son 10.000 euros y, pasados tres años, se convierten en 20.000, la fórmula que emplearíamos sería la siguiente:
(20.000 / 20.000)^(⅓) – 1 = 26%
Frente al resto de indicadores, CAGR destaca en el mercado por su capacidad para tener en cuenta la revalorización del primer año para poder calcular la revalorización del segundo año y los posteriores a este.
En función de la complejidad alcanzada, es posible que el CAGR vaya volviéndose más complejo en torno a la inversión que se quiere medir. El CAGR se utiliza en empresa y en negocios para calcular diferentes partidas, por lo que su dificultad, pese a la simplicidad del cálculo, puede ir aumentando.