El auge de los robots
Conceptos clave
- La automatización puede convertirse pronto en una amenaza tanto para su empleo como para su estilo de vida.
- La inteligencia artificial (IA) duplica su capacidad cada dos años.
- Vence a los mejores jugadores de ajedrez y Jeopardy del mundo.
- Conduce coches, maneja restaurantes, escribe artículos, crea arte original, compone sinfonías y construye casas; y ese es solo el comienzo.
- La automatización se ocupa de la mayor parte del trabajo en áreas de producción tales como la agricultura y las fábricas.
- La IA se hará cargo de la mayoría de los empleos sin cubrir en fincas agrícolas y fábricas, luego de los puestos en locales de comida rápida y de venta minorista.
- La IA aumenta o reemplaza el trabajo de analistas, radiólogos y científicos. Reemplazará a la mayoría de los trabajadores del conocimiento.
- Millones de personas perderán su empleo, la disparidad en los ingresos aumentará y la economía y la sociedad sucumbirán bajo la presión.
- Al final, todos necesitarán un ingreso mínimo garantizado.
- Solamente unos pocos trabajarán, porque las máquinas serán mil o un millón de veces más inteligentes y capaces que la gente.
Resumen
Los buenos viejos tiempos
La época de oro para los trabajadores estadounidenses –cuando el requisito de aprender las nuevas máquinas y la tecnología eran habilidades valiosas– se terminó. Hoy los trabajadores no pueden esperar aumentos o capacitación avanzada cuando aparece la tecnología. Al contrario, temen por su empleo. Día tras día, las máquinas derrotan a los mejores jugadores de ajedrez del mundo y a los campeones de Jeopardy. Los algoritmos de la inteligencia artificial (IA) reemplazan las tareas realizadas por abogados, radiólogos y científicos. A medida que las máquinas aprenden más sobre las tareas predecibles, aumenta el riesgo de que usted pierda su trabajo.
Robots industriales
Hasta hace poco, los robots industriales podían realizar solo movimientos rígidos y tareas específicas. Como no percibían un entorno en tres dimensiones, los robots solo podían servir una comida o limpiar una casa. Hace casi una década, Microsoft creó Kinect, que permitió a los jugadores de videojuegos interactuar con su juego con movimientos corporales. La tecnología de Kinect interpreta el movimiento físico en tres dimensiones. Al hacer ajustes al programa Kinect, los ingenieros crean robots que se mueven de manera muy similar a los humanos.
“Una ordenador no necesita replicar el espectro total de su capacidad intelectual para desplazarle de su empleo; solamente necesita hacer las cosas específicas por las que se le paga a usted”.
En su momento los robots necesitaban una programación compleja, pero hoy fabricantes y comerciantes entrenan al robot haciéndoles repasar los movimientos que deben hacer, y no con una programación. Esto acelera exponencialmente la velocidad a la que el robot aprende y aumenta su funcionalidad. El sistema operativo del robot brinda una plataforma libre para nuevas aplicaciones para robots, imitando el rápido desarrollo de los teléfonos inteligentes. Más gente usa las plataformas estándar para construir robots cada vez más avanzados, que puedan desplazar a más trabajadores, potencialmente millones.
“Adquirir más educación y habilidades no necesariamente le brindará protección efectiva contra la automatización del empleo en el futuro”.
Impacto en el empleo
Los robots han tenido un impacto enorme en el sector de la fabricación. La industria de los servicios cambiará aún más. Millones de estadounidenses –incluyendo muchos exobreros– trabajan en la industria de la comida rápida. Los robots amenazan su empleo. En Momentum Machines, por ejemplo, los robots preparan y sirven 360 hamburguesas por hora en restaurantes automatizados. Su dueño, Alexandros Vardakostas, sabe que sus máquinas eliminarán los empleos en la industria de la comida rápida. Conforme aumenta la demanda por salarios mínimos más altos en la comida rápida y el comercio, la urgencia para automatizar se acelerará. Kura, una cadena japonesa de sushi, usa robots para preparar comida y cintas transportadoras automáticas para entregarla. Los gerentes controlan locales múltiples de manera remota. De ese modo se eliminan puestos de trabajo y los compradores acceden a precios más bajos, menos riesgos de contaminación y menos dolores de cabeza para los dueños.
“Estamos… en el borde principal de una onda explosiva de innovación que terminará produciendo robots orientados a casi cualquier tarea de consumo, industria y comercio concebible”.
Redbox, un operador de renta de DVD en EE.UU. y Canadá, provee alrededor de dos millones de videos a los consumidores todos los días. Blockbuster llegó a operar docenas de tiendas y empleaba a cientos en el mismo territorio que Redbox cubre con siete empleados encargados del inventario. Mientras tanto, la capacidad de las máquinas permitió a los robots tomar empleos en el sector de la agricultura. Delicados robots con avanzadas capacidades visuales reconocen la fruta y analizan su madurez. Pueden cosechar y embalar la producción fresca con mayor rapidez, eficiencia y de manera más económica que los empleados de las fincas agrícolas.
Nueva revolución industrial
En los años sesenta y setenta, los pensadores más importantes del mundo predijeron que las máquinas podrían reemplazar a los trabajadores en masa. El matemático Norbert Wiener lo llamó “una revolución industrial de crueldad inmoderada”. En 1964, el economista Gunnar Myrdal y el científico Linus Pauling, ambos ganadores del premio Nobel, advirtieron al presidente Lyndon Johnson que la automatización podía obviar la necesidad de trabajadores humanos. Se adelantaron a su época.
“Entre la fuerzas listas para darle forma al futuro, la tecnología de la información es la única en términos de progreso exponencial”.
La economía de EE.UU. creó una cantidad drásticamente inferior de empleos desde mediados de los setenta respecto de décadas anteriores. Entre el año 2000 y 2010 no creó ni un solo nuevo empleo neto. La mayoría de los empleos que se perdieron durante la recesión pertenecían a la clase media; fueron reemplazados por empleos de salarios bajos en el sector de servicios. Desde los años setenta, la brecha de ingresos en EE.UU. ha crecido bruscamente. El pago promedio para los trabajadores estadounidenses alcanzó un pico histórico en 1973 y viene cayendo desde entonces. Entre el 2009 y el 2012, un impactante 95% de los ingresos de EE.UU. fue a parar al 1% de los hogares con mayor riqueza.
“Si bien las máquinas todavía no han sustituido por completo a los trabajadores de las cadenas de comidas rápidas a gran escala, la tecnología disminuyó las habilidades requeridas en los empleos e hizo que los trabajadores fueran en gran medida intercambiables”.
Empleos de baja calificación
Hoy los recién graduados universitarios están subempleados. La facultad ofrece a los estadounidenses el único camino a la prosperidad. Las posibilidades para los graduados del bachillerato, ya sombrías, disminuyen a medida que pasa cada año. La robótica afectará primero los empleos de baja calificación, la mayoría de los empleos que la economía de EE.UU. crea actualmente. Los que encuentren empleos más sofisticados solamente ganarán algo de tiempo antes de que los robots también tomen sus empleos.
“En Estados Unidos y otras economías avanzadas, los mayores trastornos tendrán lugar en el sector de servicios, que es, después de todo, el sector donde la amplia mayoría de trabajadores están empleados ahora”.
Los potentes algoritmos analíticos eliminarán a legiones de trabajadores del conocimiento. Por su parte, los analistas de altos ingresos hallan información, le dan sentido y la sintetizan en recomendaciones nuevas, coherentes y convincentes. Hoy existen máquinas y software que pueden hacer todo eso en volúmenes imposibles para cualquier humano. Steven Levy, cofundador de una empresa de software, predice que estas herramientas generarán el 90% de los nuevos artículos antes del 2030.
Inteligencia artificial inevitable
La Ley de Moore sostiene que la potencia de los ordenadores se duplica cada dos años. ¿Cómo funciona la duplicación? Por ejemplo, si alguien le ofreciera un centavo hoy, dos centavos mañana, cuatro centavos al día siguiente y así sucesivamente durante un mes, usted tendría más de US$2 millones. Algunos economistas de buena reputación, como Tyler Cowen de la Universidad George Mason, creen la mediocridad de la economía a partir del 2007 se explica por una meseta tecnológica general. La economía ya recogió los frutos de los recursos naturales, la mano de obra barata y la innovación. El progreso será más difícil. La tecnología en construcción del hogar, plomería y electrodomésticos, por ejemplo, se ve y funciona de una manera muy similar a la que lo ha hecho durante décadas.
“En vez de resultar en un país de holgazanes, un ingreso mínimo garantizado bien diseñado tiene el potencial de hacer que la economía sea más dinámica y empresarial”.
El poder de los ordenadores, por otra parte –incluyendo software y hardware más rápido– no ha alcanzado una meseta. Para comienzos de la década del 2020, el sistema de circuitos en un chip de silicona alcanzará su tamaño mínimo posible. Pero hay dos factores que superarán los límites de la tecnología del chip. La computación en la nube dará una potencia inimaginable al combinar millones de sistemas masivamente paralelos. Los algoritmos mucho más rápidos –exceden la ley de Moore por factores de hasta 40– minimizan las limitaciones de la capacidad del chip y acelerarán a la IA sin pausa.
Programación genética
El software ahora incluye un tipo de programación genética que le permite a la IA mejorar a través de la supervivencia darwiniana del más apto, solo los mejores cambios al código sobreviven. El software genético maneja ordenadores que llevan a cabo la mayoría de las operaciones en Wall Street, mientras que el software comercial funciona más rápido que los seres humanos: explota ventajas financieras que aparecen y desaparecen en fracciones de segundo, y tiende trampas a sus competidores para distraerlos. Algunas investigaciones advierten que la comercialización por máquinas ya puede estar más allá del entendimiento y el control humanos.
“Lo esencial es que, a pesar de toda la retórica sobre los ‘creadores de empleos’, los empresarios racionales no quieren contratar más trabajadores; solamente contratan a los necesarios”.
Las nuevas y prometedoras industrias en ascenso, incluyendo la impresión 3D y los coches que se manejan solos, pueden destruir más empleos de los que crean. La impresora 3D, que ya se usa en la manufactura, la medicina y el espacio aéreo, ahora puede elaborar alimentos. Una compañía de San Diego incluso fabricó tejido humano óseo y hepático de tipo experimental. Los órganos para transplante (una posibilidad para el 2025) tienen implicancias sorprendentes. Usted podría imprimir una comida especializada en su hogar mientras espera un nuevo hígado –que el hospital imprime usando sus células madre– mientras imprime la nueva casa de sus sueños, lista para ser ocupada en uno o dos días.
Camiones y coches
Los camiones y coches totalmente autónomos –sin conductores– son una realidad, pero resolver todos los temas técnicos, culturales y legales podría tomar una década o más. Los vehículos autónomos transformarán el transporte, con el riesgo de eliminar los puestos de empleados de estaciones de servicio, taxis y conductores de camiones. La propiedad de los coches podría descender o dejar de existir. Como punto favorable, los vehículos sin conductores salvarán vidas y reducirán costos de transporte.
Los robots no paran
Cada vez más, la tecnología afecta a la fuerza de trabajo. Veamos el ejemplo de los empleos manuales, como manejar un taxi en Londres. Los taxistas tenían que memorizar todas las calles y lugares importantes, una cantidad de información que confundía a muchos postulantes y que hacía que los sueldos fueran relativamente altos. Hoy, con la tecnología GPS, ese conocimiento no tiene sentido. Cualquier persona responsable con una licencia de conducir puede trabajar. En el futuro, estos taxis serán automatizados. De ese modo, los sueldos se desgastarán y, eventualmente, el sistema no necesitará de esos empleados.
El costo disminuirá en la medida que las ganancias del personal se reduzcan o pierdan su empleo. Henry Ford II recorría una nueva planta de automóviles con Walter Reuther, el titular de United Auto Workers Union. Ford le preguntó a Reuther: “¿Cómo vas a hacer que estos robots paguen el sindicato?”. Reuther respondió: “Henry, ¿cómo vas a hacer que compren tus coches?”. En la medida que los robots reemplacen a los trabajadores, la demanda de productos y servicios más allá de los artículos básicos se evaporará, erosionando la economía. La clase media, cada vez más reducida, solicitó préstamos para mantener o incrementar sus gastos hasta la recesión que comenzó en el 2007. El gasto cayó; incluso las ventas y el crecimiento de cadenas como Walmart también se vieron afectados.
Economías
La disminución en la demanda junto con la aceleración en la automatización podrían conducir a precios más bajos en muchos artículos. El ciclo deflacionario resultante aceleraría un colapso mayor. Las preocupaciones sobre la automatización dan lugar a algunas prohibiciones contra las tecnologías que amenazan los empleos. Otros apelan a los diseñadores de tecnología para que incluyan la participación humana. Eso desalentaría el avance y acortaría el progreso que mejoró la salud y la vida en el último siglo. Cualquier país que adopte medidas como esas estaría en desventaja económica respecto de competidores sin tales leyes.
“El viejo adagio de que la oleada creciente levanta todos los barcos se desgasta cuando no hubo una elevación significativa desde el gobierno de Nixon”.
Un ingreso mínimo garantizado podría ofrecer la mejor solución posible. Todos los ciudadanos recibirían dinero, incluso sin realizar ninguna contribución. Así, una minoría pasaría a la marginalidad, pero aliviarían la presión del desempleo, beneficiando a la gente que quiere trabajar. El ingreso mínimo garantizado podría contribuir a que la gente se mude a zonas más económicas, dando nuevo aliento a las comunidades más pequeñas. En el corto plazo, el gobierno podría estimular la economía con un programa de infraestructura. La inversión en establecimientos educativos comunitarios podría enseñar a la gente habilidades para cubrir los espacios generados por la disminución de empleados, en el sector de la salud, por ejemplo. Los impuestos podrían aplicarse al capital y no al trabajo en la medida que los empleos cedan a la automatización. Las políticas actuales sancionan a los empleadores imponiendo cargas patronales, pero las empresas que usan máquinas no pagan nada.
Una toma del poder hostil
Stephen Hawking y otros científicos advierten que la IA superará al pensamiento humano en todos los sentidos. Les recomiendan a los funcionarios que actúen ahora para prevenir el error más grave de la humanidad y el suceso más profundo en su historia. El 90% de los expertos cree que esta robótica dominante llegará en el próximo siglo y casi la mitad prevé su llegada para el año 2030. Algunos expertos ven una oportunidad; las máquinas mejoran la inteligencia humana y la longevidad, por ejemplo. Otros se preocupan porque las máquinas podrían tomar el poder. En la medida que las máquinas saquen provecho de la nube –y del conocimiento de cada uno– para ser cada vez más inteligentes, podrían ser miles o millones de veces más inteligentes que los humanos. Entonces, ¿se pondrán a pensar si necesitan a los seres humanos después de todo?
Sobre el autor
El futurista Martin Ford está a cargo de una empresa de software en Silicon Valley.