Optimizar nuestras estrategias de marketing digital debe ser uno de los objetivos que cualquier empresa debe ser capaz de perseguir. Pero, como ocurre en muchas otras áreas, no siempre resulta sencillo sentar las bases para conocer cuál es nuestra situación actual. Este es uno de los aspectos que una auditoría de marketing puede llegar a cubrir. Pero, para realizarla, es importante contemplar todos los elementos que intervienen en el resultado final.
En este artículo te contamos qué es una auditoría de marketing y cómo realizarla puede ayudar a tu empresa a trazar estrategias mucho más certeras.
¿Qué es una auditoría de marketing?
Una auditoría es un instrumento que se encuentra disponible para las empresas para obtener información acerca de cómo están trabajando y desarrollando todas sus actividades. Por lo tanto, es la forma en la que se evalúa el rendimiento y desempeño de las empresas en la realización de todas sus actividades. En función de los resultados, es posible determinar cuál es la estrategia que se debe realizar para poder cumplir con los objetivos definidos previamente.
En el caso del marketing, se aplican todas estas acciones a este departamento. Analizando de manera periódica tanto el desempeño como la eficiencia del negocio. Además de valorar cuáles son las oportunidades que se tienen en el caso de pivotar la estrategia hacia la cobertura de nuevos escenarios.
¿Qué elementos debe incluir una auditoría de marketing?
Para determinar cuáles son los elementos que debe incluir una auditoría de marketing, nos centramos en dos áreas bien diferenciadas. Por un lado, el área comercial. Por otro, la financiera. Dentro de la primera categoría, estos son los elementos principales:
- Participación en el mercado: Dentro del área comercial, la participación en el mercado tiene una importancia notable. Para poder analizar este aspecto, es suficiente con medir las ventas propias sobre las ventas del mercado total.
- Satisfacción del cliente: Este es uno de los indicadores más importantes. Se encarga de medir cuál es el nivel de satisfacción del cliente en relación a las posibilidades con las que cuenta la empresa para poder satisfacer las mismas. En esta área, el objetivo debe ser el de superar las expectativas con las que cuentan nuestros clientes.
- Índice de retención del cliente: En este caso, conocemos si las empresas están perdiendo o clientes o ingresos en las ventas. Retener a nuestros clientes de manera efectiva nos ayudará a estabilizar la economía de nuestro negocio.
- Calidad del producto que se ofrece: ¿Cuál es la calidad de los productos que estamos ofreciendo? ¿Se encuentra por debajo o por encima de nuestros competidores? Ser exigentes con nuestra calidad nos dará la base para poder trabajar en el resto de las áreas.
Si nos centramos en la vertiente financiera, el resultado de las ganancias o, en su defecto, las pérdidas nos indicarán y nos proporcionarán la información sobre cuáles son las pautas de acción que debemos tomar. A mayor índice de ganancias, mayor cantidad de recursos para cubrir todas las oportunidades que pueden impulsar el crecimiento de nuestro negocio.
¿Y después de la auditoría, qué?
Con la auditoría no terminan todas nuestras obligaciones. Es a partir de este momento cuando debemos actuar hasta encontrar todas las soluciones existentes en función de nuestras necesidades.
En función de los resultados, deberemos celebrar una reunión con los integrantes de nuestro equipo. Es en este momento cuando debemos valorar cuáles son los puntos con los que no estamos conformes y, a partir de ese momento, definir un plan de acción. En este plan de acción deben estar presentes los plazos para la implementación de las acciones que resulten necesarias.
Tenemos que ser rigurosos para el conjunto de nuestras acciones. Será a partir de ese momento cuando deberemos cumplir con los plazos y establecer los puntos de mejora.