«El ser humano es absurdo, estúpido, miserable. Y, al mismo tiempo, maravilloso«. Roy Andersson es, sin ninguna duda, una de las voces propias del mundo de la cultura. Especialmente notoria es su presencia en el ámbito tanto de la publicidad como del cine. Siendo capaz de crear una identidad propia que le ha llevado a sellar innumerables piezas que destilaban personalidad por los cuatro costados.
El estilo único de su trabajo se desprende de su incesante papel como observador y diseccionador de la realidad que nos rodea. Con más de 400 spots a sus espaldas y una carrera dedicada a la publicidad de más de 25 años, su capacidad para hipnotizar y captar la atención del público difiere de cualquier otro trabajo.
100% Roy Andersson
Pocos creadores de contenido son capaces de dar sentido a las escenas de la manera en la que Roy Andersson las trabaja. Sus anuncios han ido deslizándose por diferentes ámbitos. Desde el fabricante de caramelos Fazer hasta la compañía de seguros Trygg-Hansa. Pasando por el Partido Socialdemócrata sueco. Pero siempre fiel a su sentido del humor tan absurdo como hilarante que imprimía una perspectiva única en cada una de sus creaciones. Nos encontramos ante uno de los nombres propios de la publicidad. Su excelente dominio de la técnica le permitió coleccionar algunos de los galardones más destacados de la industria.
Andersson apuesta por una sucesión de planos fijos en sus trabajos creativos. En los que, al contrario de lo que lo hace el resto de la industria, otorga la misma importancia a la escena principal y a todos los detalles que se encuentran en un segundo plano. Siendo especialmente relevante para dar sentido al discurso que emerge en el papel de los protagonistas.
Sus planos son mucho más que anuncios publicitarios. Pasando a ser lienzos como consecuencia de la gran belleza que imprime en cada uno de sus trabajos. Interiorizando un ritmo interior en el que todos los ingredientes que se encuentran en un mismo escenario se mueven al unísono, como si de un ente orgánico se tratase.
La imagen antes que la palabra
Como si de un mantra se tratase, el esmero con el que Roy Andersson dibuja cada uno de sus planos se apoya en la importancia de la pintura. «Creo que la imagen llegó antes que la palabra. Por eso hay que fijarse en la historia de la pintura: ahí está todo», ha afirmado en numerosas ocasiones. Demostrando que la importancia que tiene una buena composición en cada puesta en escena.
Son habituales sus guiños a la obra de pintores como Otto Dix o Pieter Brueghel, entre otros. Utilizando a la publicidad como si de un lienzo en blanco se tratase, abordando la creación de contenido desde el mismo prisma en el que un artista se enfrenta a su obra.
Ingmar Bergman, director con mayor notoriedad de la historia del cine sueco, se declaró ferviente admirador de sus trabajos en la escena publicitaria. Bautizándole como «el mejor director de anuncios del mundo». ¿La contestación de Andersson? «Ni la mejor de sus películas es tan buena como el peor de sus anuncios». De nuevo, 100% Andersson.