mito del emprendedor
Cada año miles de personas nuevas entran en los negocios con la certeza absoluta de que van a cambiar sus vidas, sus fortunas, que se van a convertir en económicamente independientes y se podrán deshacer de sus jefes. Entonces crean su empresa, y comienzan a trabajar sin descanso en un loco proceso contra la estadística.
Si realmente entendieran lo que significa entrar en un negocio, dirigir un negocio, ser propietario de una pequeña empresa, guardarían su dinero en el banco y mantendrían su puesto de trabajo.
En mi opinión, dice Michael Gerber, la razón por la que tenemos un problema con las empresas, es que los emprendedores que las crean no son el tipo de persona que nos imaginamos. El 80% de las empresas de nueva creación cierran sus puertas en los primeros 5 años.
¿A qué se debe este porcentaje de fracaso empresarial?
El problema es que las personas que crean las empresas no son empresarios. En realidad son técnicos que sufren un impulso emprendedor. Cuando un carpintero se convierte en contratista, un contable en asesor, un abogado monta un gabinete, un médico que abre una clínica, un diseñador gráfico que crea una empresa de diseño, en todos estos casos, están dando por hecho que entendiendo cómo hacer el trabajo técnico de un negocio se entiende cómo se debe dirigir el negocio que hace ese trabajo técnico.
El trabajo técnico no tiene nada que ver con lo que hay que hacer para crear un negocio que funcione. Creer que dominar el trabajo técnico es suficiente es el supuesto fatal que está detrás del fracaso de casi todos los negocios.
Montar un negocio y decir adiós al jefe
En demasiadas ocasiones, el emprendedor no inicia su negocio para construir un sistema a través de una empresa, sino para deshacerse de su jefe. Son buenos técnicos que van a su trabajo día a día, desempeñando su labor una y otra vez, con calidad, con dedicación. Y en algún momento se preguntan por qué tienen que trabajar para otra persona que no hace el trabajo técnico, que no sabría hacerlo siquiera o lo haría peor que ellos. ¿para qué estoy haciendo este trabajo para otra persona si podría estar haciéndolo para mí?
Y es por ese motivo que muchas personas emprenden para crear su propio trabajo técnico. No crean una empresa, crean un empleo. La mayoría de empresas que visitamos como clientes, en realidad no son empresas, son un puesto de trabajo que ha creado el emprendedor para sí mismo. Y es el peor trabajo del mundo. Porque trabaja 12 horas al día 7 días a la semana haciéndolo para el jefe más beligerante que podemos llegar a tener que somos nosotros mismos. Las pequeñas empresas encarcelan a la persona que la crea. La persona no posee una empresa, es la empresa quien posee al empresario. Cuando una empresa se construye sobre las habilidades personales del emprendedor, la persona es el negocio.
La perspectiva del 99,9% de empresas pequeñas es el problema. Trabajan en el negocio y no para el negocio. No se trata de ir a hacer el trabajo técnico en el negocio, sino de desarrollar la visión de cómo debe ser el negocio para el que trabajamos. Esta perspectiva nos permite separarnos del negocio y verlo como debería verse desde fuera. El emprendedor debería poner su foco en crear un negocio que funcione, un sistema predecible que produzca resultados definidos.
El técnico convertido a emprendedor sabe perfectamente cómo hay que hacer el trabajo. Lo que debe aprender es el qué: qué necesita diseñar para que su negocio funcione sin él.
La franquicia
La revolución en los negocios llegó cuando se desarrolló el concepto de Franquicia. Ray Krock tenía 52 años cuando encontró McDonald’s. Fue a venderles una máquina de productos lácteos. Cuando se reunió con los hermanos vio lo que cambió su visión de qué es un negocio: personas haciendo hamburguesas de una manera absolutamente uniforme, predecible, sistematizada. Ray Krock supo ver que el grupo de clientes más importante de McDonald’s eran sus franquiciados. Y que el producto de McDonals’s no eran sus hamburguesas, sino su sistema para producirlas.
El franquiciado compra un sistema capaz de producir ingresos de forma recurrente. Para formar a los empleados de estos franquiciados, creó la Universidad de la Hamburguesa. La idea es que el franquiciado comprara un negocio llave en mano: los productos, la formación, la imagen de marca, la metodología, todo ya está probado y funciona.
A continuación puedes visualizar las estadísticas de restaurantes McDonald’s en España: Statista
El sistema es la solución.
Los clientes quieren CONTROL. Quieren tener control sobre su experiencia cuando vienen a comprar. Quieren control cuando decidan repetir la compra, que todo se produzca siempre de la misma manera.
Los mismos tiempos. La misma calidad. El mismo compromiso. Los mismos servicios añadidos. El mismo ambiente, los mismos colores. Tenemos que ser capaces de reproducir fielmente cada vez la misma experiencia. Tanto si nuestro cliente es el propietario de una franquicia como si lo es el consumidor de la hamburguesa.
Que el sistema es la solución es exactamente lo contrario a asumir que la empresa se basa en las habilidades personales del emprendedor.
Crear sistemas expertos
El objetivo principal de un emprendedor es crear un sistema repetible en el tiempo (que produzca los mismos resultados día tras día) y escalable en tamaño (que permita crecer creando nuevas tiendas, fábricas o empresas de servicios).
Este sistema permitirá que nuevas personas comiencen a producir resultados como si fueran expertos, porque siguen reglas precisas. El tiempo que debe pasar una hamburguesa sobre la plancha, la cantidad de sal, el hielo de las bebidas: todo estará medido y cualquier persona que siga las instrucciones producirá un resultado con la calidad esperada.
Los 4 niveles de un sistema llave en mano
Si somos capaces de construir un sistema que pueda ser vendido a otro emprendedor para que lo ponga en marcha, debemos dotarlo de todo lo necesario.
Los sistemas llave en mano se componen de 4 niveles:
- Nivel operativo: cómo hacemos las cosas. La manera en la que la empresa hace las cosas le permite diferenciarse de la competencia.
- Nivel formación: cómo captamos y capacitamos a las personas que van a hacer las tareas operativas, cómo les vamos a enseñar a utilizar el sistema
- Nivel administración: nos permite monitorizar los 2 primeros niveles para descubrir errores y mejoras. Las empresas que analizan lo que hacen y buscan formas de mejorar y diferenciarse son las que obtienen mejores resultados
- Nivel desarrollo: innovación coordinada para asegurarnos que producimos mejoras y que lo hacemos no de forma discrecional sino a nivel operativo: no dependiendo de las personas sino de los procesos. Las personas quieren trabajar en un entorno que las haga progresar para que cada vez produzcan mejores resultados, y eso sólo se consigue con Innovación.
Ponente: Michael Gerber
Michael E. Gerber es un escritor estadounidense nacido en el año 1936. Es el fundador de la compañia Michael E. Gerber Companies, enfocada en la capacitación en habilidades empresariales con sede en Carlsbad, California.
Además, dirige una aceleradora de start-ups conocida como The Dreaming Room con la que realiza sus sesiones personalmente en los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido.
Ver perfil en Linkedin: Michael Gerber