En el momento de escribir estas líneas, España lidera el desempleo juvenil y la temporalidad en el ámbito laboral a nivel europeo. De todos los menores 24 años que viven en nuestro país, el 40% de los mismos se encuentran en el paro. Del 60% restante, la mayoría se sustentan con un contrato temporal.
Si extrapolamos estos datos y los proyectamos en el futuro, nos encontramos con una población en la que el 33% de la misma tendrá más de 65 años en el año 2050. Con la jubilación de esta generación, se estima que en España se quedarán sin cubrir un total de, aproximadamente, 2,5 millones de empleados, según el informe España 2050. ¿El motivo? El desafío de la formación para trabajos que todavía no existen.
2,5 millones de vacantes, tres millones de parados: ¿Cuál es el problema?
Coyunturalmente, España siempre ha sido uno de los países cuya tasa de paro siempre ha sido sensiblemente más alta que en el resto de la Unión Europea. En el momento de escribir estas líneas, lejos de estar en su peor forma, tenemos una tasa de paro de dos dígitos: 12,6%. Lo que supone, aproximadamente, algo más de tres millones
La jubilación de 2,5 millones de trabajadores podría suponer, desde una óptica macro, la solución a los 3 millones de personas que no encuentran empleo en el momento actual. Una realidad que, si bien puede desprender una gran positividad, no parece aplicable en la realidad.
Para ello, nos vamos a la realidad actual: Cepyme estima que actualmente hay 109.000 puestos de trabajo que no se pueden cubrir pese a la elevada tasa del paro actual. La explicación la encontramos en la deficitaria capacitación tecnológica que predomina en el universo actual. O, lo que es lo mismo, la falta de empleabilidad a consecuencia de una insuficiente formación.
El trabajo que todavía no existe
La propia OCDE afirma que el 65% estudiantes que actualmente se encuentran en sus primeras etapas formativas van a terminar trabajando de algo que todavía no existe. Únicamente en nuestro país, se estima que el 85% de los trabajos que se tendrán que desempeñar todavía no existen.
Los centros formativos tendrán, por tanto, que adaptarse a las nuevas demandas del mercado para poder ofrecer a sus alumnos las capacitaciones tecnológicas que son necesarias para el desempeño de las funciones. Un aspecto que parece que todavía no ha arrancado. Pese a que fue el propio Gobierno de España el que afirmó en su documento España 2050, que las profesiones como jardinero de Minecraft se convertirán en una realidad.
El teletrabajo y la atracción del talento: las normas han cambiado. Y España no lo tiene fácil
Que el teletrabajo ha quebrantado las reglas del juego no es un secreto para nadie. Las empresas pueden, actualmente, contratar talento que se encuentra en cualquier parte del mundo. En muchos casos, incluso, sin llegar a compartir husos horarios completos.
España no es uno de los países que está liderando la fuerza laboral. Las empresas de nuestro país, al margen de las multinacionales, no siempre pueden competir con los salarios que se ofrecen en otras regiones de la Unión Europea, como es el caso de Alemania. Una situación que ha dado como resultado que sectores como la sanidad, la ingeniería o el marketing y la publicidad se encuentren en permanente búsqueda de empleabilidad.
A esta situación se le suma la escasa formación que existe en nuestro país. Con aproximadamente un 60% del total de los desempleados sin formación superior. Si comparamos estos datos con los que nos ofrece la Unión Europea, en esta comunidad la tasa de actividad es del 74%. Mientras que en España no llegamos al 60%. Un buen punto de partida para que tanto empleados como empleadores, además de organismos, se preocupen por el futuro cada vez más cercano que está por llegar.