En la gestión de campañas y acciones publicitarias en el entorno online, Google es juez y parte. Un doble papel en el que si cada acción no se mide al milímetro en un entorno lo suficiente transparente, puede suponer una importante amenaza para cualquier negocio interesado en formar parte del mismo. Como es el caso de los anunciantes y de los editores.
The Wall Street Journal ha sido el medio que ha denunciado esta situación debido a una mala praxis por parte de Google. Según la fuente citada, Google engañó a los publicadores de contenido, y a los anunciantes, con demandas todavía por redactar. Infringiendo toda la normativa existente en este sector.
Un engaño en las tarifas
«Google engañó a editores y anunciantes durante años sobre los precios y procesos de sus subastas de anuncios, creando programas secretos que desinflaban las ventas de algunas empresas mientras aumentaban los precios para los compradores, según las alegaciones y detalles contenidos en una demanda todavía no redactada del fiscal general del Estado», de acuerdo a la información extraída por parte del propio medio.
Google habría publicado tarifas más altas de las reales para quedarse con la diferencia del dinero. Obteniendo una mayor ganancia en todos los espacios publicitarios que ha vendido durante los últimos meses. De acuerdo a las conclusiones y los informes extraídos por parte de The Wall Street Journal, los correos internos de los empleados definen que «algunas de estas prácticas equivalían a hacer crecer su negocio mediante información privilegiada».
La Fiscalía comunicó hace unos días a Google que iba a presentar una demanda después de haber tenido en conocimiento que había operado con facturas que carecían de exactitud en su presentación.
A la espera de la respuesta de Google
Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, Google no ha tardado en declarar que tienen intención de interponer una moción para desestimar la demanda durante la próxima semana. La explicación se encuentra en que está «llena de inexactitudes y carece de mérito legal«. Además de añadir que «nuestras tecnologías publicitarias ayudan a los sitios web y a las aplicaciones a financiar sus contenidos, y permiten a las pequeñas empresas llegar a clientes de todo el mundo. Hay una vigorosa competencia en la publicidad online«.
Ha sido el fiscal de Texas, Ken Paxton, el fiscal encargado de liderar el juicio. Una demanda a la que se le han unido un total de doce estados. En la misma, se alega que las prácticas comerciales que utiliza Google se encarga de inflar los costes de la publicidad.
Este juicio se suma a la causa legal que está enfrentando a Google con el Departamento de Estado de Justicia de los Estados Unidos por temas de monopolia. En él, participan hasta tres docenas de fiscales generales que se encargan de analizar el papel de los servicios de búsqueda de Google. Lidiando contra las demandas existentes en términos de protección antimonopolio.