Las plataformas de pago están viviendo su particular revolución. Adaptándose a las nuevas demandas con las que cuenta el público actual. Los pagos BNPL, comandados por la startup sueca de Klarna, han supuesto una auténtica revolución. Permitiendo el aplzamiento de cualquier pago, sin intereses para el consumidor, en un breve lapso de tiempo. En la mayoría de los casos, no superior a los tres meses.
Las grandes tecnológicas no han querido dejar pasar la oportunidad de poder aportar su granito de arena (y obtener sus beneficios) en este campo. La última de ellas, y probablemente la de mayor magnitud de todas las que se han interesado, ha sido Apple. La compañía americana presentó su propio servicio, bautizamos como Apple Pay Later, esta misma semana. Acompañando al resto de novedades que acompañarán a los usuarios durante los próximos 12 meses.
Compra ahora, paga después, y no tengas en cuenta a los intereses
Apple se convierte en banco. Y lo hace desligándose, al menos por el momento, de los clásicos intereses que tanto caracterizan al sector bancario. Ahora, el usuario podrá utilizar el propio Apple Pay para llevar a cabo el fraccionamiento de sus compras.
Se establecen cuatro plazos. El primero de ellos, en el momento en el que se ejecuta la transacción. Los otros tres, separados por franjas de dos semanas. Un servicio que no tiene mucho sentido en países como en España, que se cobra habitualmente en mensualidades. Pero que sí que va a tener un gran peso en Estados Unidos o en UK, donde es habitual cobrar cada siete o quince días.
Sujetos a la aprobación de la propia compañía
El préstamo, concepto que se utiliza en la letra pequeña del contrato, permanece a expensas de la aprobación de la propia compañía. Por lo tanto, no todos los usuarios podrán hacer uso del mismo. Además, y pese a que no ha habido confirmación oficial al respecto, tampoco se espera que esta funcionalidad llegue a todos los territorios, como ya ocurrió con la Apple Card.
Pese al interés de Apple de introducirse con una mayor fuerza en el sector bancario, la realidad es que la totalidad del servicio no se producirá en sus propios servidores. Al igual que la tarjeta de crédito citada anteriormente, Apple ha vuelto a confiar en Goldman Sachs para poder llevar a cabo este tipo de créditos. Sin embargo, en este caso, no existe vinculación alguna por la Apple Card.
El peligro del crédito tras un logo de confianza
En el plano social, probablemente la llegada de un crédito tan accesible no sea una tan buena noticia dado el contexto en el que nos encontramos: inflación, peligro de estanflación y las consecuencias imprevisibles del conflicto bélico de Ucrania.
Si el uso del crédito ya debe estar medido al detalle. Cuando detrás se encuentra un logo tan conocido como al que estamos haciendo referencia y se le suma una pasmosa accesibilidad a golpe de dedo, el peligro del desequilibrio social está servido.